viernes, 21 de diciembre de 2012

Pensar antes de hablar


Pensar antes de hablar

Las palabras no se las lleva el viento,
las palabras dejan huella, tienen poder e influyen
positiva o negativamente.

Las palabras curan o hieren a las personas.

Cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten
en palabras, que marcarán tu destino.

Piensa muy bien antes de hablar,
cálmate cuando estés airado o resentido,
habla cuando estés solo en paz.

De las palabras depende, muchas veces,
la felicidad o la desgracia,
la paz o la guerra.

Una cometa se puede recoger después de hecharla a volar,
pero las palabras, jamás se podrán recoger
una vez que han salido de tu boca.

Las palabras tienen mucha fuerza, con ellas podemos destruir
lo que hemos tardado tanto tiempo en construir.

Las palabras insultantes o despectivas
nunca han creado algo edificante.
Con el uso de expresiones agresivas, lastimamos
a las personas provocando heridas y dolor.

Las palabras son la manifestación de nuestro mundo interior,
al cuidar de nuestro lenguaje, purificamos nuestro mundo interior.

Muchas enfermedades son el producto de nuestros pensamientos
La violencia, las mentiras, el resentimiento y tantas cosas,
existen y conviven con nosotros en este mundo.

Una palabra amable, puede suavizar las cosas.
Una palabra alegre: puede iluminar el día.
Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.
Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.

Una palabra irresponsable: puede traer discordia.
Una palabra cruel: puede arruinar una vida.
Una palabra de resentimiento: puede causar odio.

¡Las palabras son vivas!
Bendicen o maldicen, alientan o abaten, salvan o condenan,
cuida tus palabras,ellas tienen poder, habla de tal manera
que en tu alma y en la de los demás, quede paz.

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