miércoles, 30 de abril de 2014

Envejeciendo con dignidad

                             ENVEJECIENDO CON DIGNIDAD

¿Que veis jóvenes? ¿Que estáis mirando? ¿Que estáis pensando cuando me mirais?Aún viejo gruñón, ya no demasiado inteligente, de costumbres a veces inciertas, pensativo, con mirada perdida en la lejanía, metido en sus recuerdos, de esos recuerdos que se nutre día a día para seguir viviendo.


Este viejo que vosotros creéis que no se da cuenta, de lo que hacéis, que a veces le falta la memoria y no sabe donde deja las cosas; a este viejo que en contra de su voluntad, le obligan hacer ciertas cosas, y para que las haga sin gruñir se lo digan dulcemente.


Es esto lo que piensan? Es esto lo que ven?Si es así, abran bien los ojos porque lo que están viendo, no soy YO.


Quiero contaros quien soy y quienes son mis recuerdos.Soy un niño feliz, con pocos recursos en donde vivo, muchos menos de los que tenéis ahora vosotros; que tiene un padre , madre y hermanos que se quieren en ese hogar y con más o menos recursos aprendí a crecer con los medios que disponía.


Soy un adolescente, que empieza a trabajar a saber de verdad lo que es la dura vida, después de a ver dejado la escuela y estudios, empieza abrirse camino en la vida y a soñar con un futuro, con aciertos y fracasos, con caídas y volver a levantarse, estás lleno de vida.


Soy un novio, que hace proyectos para la vida, junto a su amada, lo ven todo liso , no se les pone nada por delante, solo quieren que sus sueños se hagan realidad, están viviendo en una nube, todo es felicidad, se prometen una vida de color.


Soy un marido, formando un hogar feliz, siguiendo luchando en la vida que cada vez se hace más dura, con unos hijos que en sus primeros años necesitan que les guíen, que van creciendo sin apenas uno enterarse, y aunque ya han madurado se les sigue tratando como cuando eran niños, porque siguen siendo los niños de la casa.


Los hijos ya crecieron y se fueron de casa, ya solo queda en ella mi esposa y yo, como al principio, la casa se queda en silencio, ya no se oye el trajinar por ella, las risas, la alegría y por que no decir alguna tristeza, que siempre entre todos hemos superado, hay bastante soledad, y mucho vacío.


Vinieron otra vez los niños a casa,los niños de mis niños, todo se llena otra vez de alegría, niños que juegan, niños en mis rodillas, vuelve la felicidad, vuelven los recuerdos de hace tiempo, pero con más años encima de uno; todo lo que se espera llega y luego pasa más deprisa de lo que uno quisiera, ante esto nada se puede hacer, los hijos se alejan con sus propios hijos, ley de vida, pienso en los días felices que pasamos juntos, te queda la nostalgia, esa nostalgia que te va comiendo por dentro poco a poco, te va deprimiendo, pero tú lo disimulas como puedes para no contagiarlo.


Ahora ya soy viejo, el cuerpo se marchita, todo se desgasta, así es la cruel naturaleza que se burla del ser humano, hasta convertirlo en un guiñapo, ya no tienes atractivo, las fuerzas del cuerpo desaparecen y el corazón se endurece como una piedra, ya no cuentan contigo, te tienen un poco apartado, no te consultan los problemillas, para que no te disgustes.


Sin embargo dentro de este montón de huesos, queda algo de mi pasada juventud, que se revuelve al recordar mis años pasados, recuerdos de mis días tristes y mis días alegres; pienso en esos años que sin quererlo se pasaron demasiado deprisa, tan deprisa que apenas me he dado cuenta; nada perdura para siempre.


Así que jóvenes abran los ojos y miren, que lo que están viendo no es un viejo, si no YO.

toño aprendiz de brujo


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